miércoles, 1 de abril de 2009

Nadie como io


Volverán las oscuras golondrinasen tu balcón sus nidos a colgar,y otra vez con el ala a sus cristalesjugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo frenabantu hermosura y mi dicha al contemplar;aquellas que aprendieron nuestros nombres,ésas ... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvasde tu jardín las tapias a escalar,y otra vez a la tarde, aún más hermosas,sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocíocuyas gotas mirábamos temblary caer como lágrimas del día...ésas ... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídoslas palabras ardientes a sonar;tu corazón, de sus profundo sueñotal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillascomo se adora a Dios ante su altar,como yo te he querido... desengáñateasí ...
¡no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

Solo eso


Sólo una palabraque me lleve a tu amor,

un sentimiento inacabable,

y cien gritos de felicidad.

Sólo una vida para vivir,

junto a tu almaque me embriagay me llena de ti.

Sólo mil momentos,para soñarte,

para no despertarmey no dejar de amarte.


Quise quererte,en ti misma, quererte,

acariciando cada uno de tus sueños... cada uno de tus sigilos callados.

Me atreví a susurrar sueños,

a susurrarte deseos alcanzables,

más atrevido: quise besartey borrar de ti toda tristeza.

Fue ese instante inacabado,

en el que vi tu mirada y su ternura,

el tintineo de esa emoción infantil,el alma abierta a sentimientos.

ALL Be MySeLf


Quise volar y conocí la soledad, jugué al amor sin entregar, sin esperar.
Salgo a buscar alguna huella, una señal, hacer mi sueño realidad; poder amar. Solo otra vez, no sé vivir.
Solo otra vez, sin amor. Quiero saber cómo es que siente una mujer,
mi corazón no aguanta más la soledad


Solo otra vez, no sé vivir.
Solo otra vez, sin amor.
Solo otra vez, estoy aquí. S
olo otra vez, sin amor. Quise volar y conocí la soledad, jugué al amor sin entregar, sin esperar.
Solo otra vez, no sé vivir.
Solo otra vez, sin amor. No sé vivir tan solo, ya no queiro estar tan solo otra vez, sin amor. Ya no sé vivir sin amor, sin amor. Quise volar y conocí la soledad, jugué al amor sin entregar, sin esperar.

Espero curarme de ti.


Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante.


En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera de amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada. Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?” , “se hizo de noche”…Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde” y tú sabías que decía “te quiero”.)


Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.




Jaime Sabines...............................